Penal
Juicio por jurados

Aseguran que las imputadas no estuvieron en el lugar del hecho

Hoy comenzó el juicio con jurados populares para determinar la responsabilidad de E.B.N y S.T en el homicidio de Fernando Padilla, un empleado del Corralón municipal de Centenario, ocurrido el 24 de enero de 2014. Además se juzga a M.L.M. por supuesto encubrimiento agravado.

En su alegato de apertura, el defensor de Circunscripción, Gustavo Vitale –en representación de E.B.N.-, aseguró que “no hay certeza ni seguridad de que estas chicas hayan sido autoras del hecho, por eso debe dictarse un veredicto absolutorio”, y aclaró que “la situación está aclarada con la prueba de ADN, en base a las muestras tomadas en el lugar del hecho, que no coinciden con los patrones genéticos de las imputadas”. En este sentido subrayó que “ninguno de los pelos extraídos en el lugar del hecho se corresponden con los de E.B.N., y esto se tiene que cotejar para dictar un veredicto justo”.

Además el Defensor advirtió que “si se llegara a un veredicto de culpabilidad, la pena sería de prisión perpetua”, por lo que enfatizó: “es importante que sepan –los jurados- cuáles son las consecuencias de la decisión que van a tener que tomar, porque hay una situación de duda sobre lo que ocurrió, las pruebas no demuestran acabadamente el relato tal como lo describió la parte acusadora, por lo que debe dictarse un veredicto de no culpabilidad”.

Por último destacó que por las características de las heridas sufridas por la víctima, quienes hayan sido los autores “no tuvieron la intención de matar”, con lo que cuestionó la calificación de homicidio criminis causa propuesta por la fiscalía.

Por su parte el Defensor de Circunscripción, Pedro Telleriarte, en representación de M.L.M. –acusado de encubrimiento agravado- adelantó que “va a quedar desvirtuada la participación de mi defendido, y esto va a ser en base a los mismos testigos propuestos por la parte acusadora”.

Antes el defensor particular de S.T., Luis Varela había advertido que “se pretende incriminar a los que en la jerga periodística serían dos perejiles, ya que ninguna prueba científica demuestra que mi defendida haya estado en el lugar del hecho”.