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Niñez y Adolescencia

Garantizar derechos frente a una situación de suicidio

Frente a la situación acontecida el día 11-12-24, de conmoción comunitaria, desde la Defensoría de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente de la III Circunscripción Judicial, reflexionamos acerca de la problemática que atraviesa la comunidad en este momento.

Los suicidios y las autolesiones en adolescentes y jóvenes forman parte de una de las problemáticas más complejas de salud pública  instalada en todas las comunidades; y por lo tanto, requieren respuestas y abordajes complejos y situados en el marco de las violencias, como un problema social con dimensiones subjetivas, relacionales, comunitarias y políticas.

El suicidio representa un problema de salud pública grave y creciente: la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que es la segunda causa principal de muerte a nivel mundial entre adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años de edad. (OPS/OMS, 2014), estando la situación de Argentina en línea con la tendencia internacional.

Según los datos oficiales de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), en el año 2018 se registraron en el país 3183 defunciones en población de 10 a 19 años, observándose que los casos se incrementan conforme aumenta la edad: alrededor del 77% los casos se registran entre los 15 y 19 años.

Se entiende por salud pública al conjunto de esfuerzos y acciones organizadas de una sociedad a través sus diversas instituciones públicas, privadas y de la comunidad, para mejorar y promover la salud de la población:

“Por definición, la salud pública no se ocupa de los pacientes a título individual. Su interés se centra en tratar las enfermedades, afecciones y problemas que afectan a la salud, y pretende proporcionar el máximo beneficio para el mayor número posible de personas. Esto no significa que la salud pública haga a un lado la atención de los individuos. Más bien, la inquietud estriba en prevenir los problemas de salud y ampliar y mejorar la atención y la seguridad de todas las poblaciones.” (OPS/OMS, 2003:3-4).

Una posible mirada de la situación, desde un enfoque de derechos y que garantiza el respeto a la intimidad familiar.

Se propone entonces frente a estos hechos, promover un enfoque de salud pública y  no policial, el suicidio no es un acto delictivo sino un acto que requiere su interpretación y abordaje desde la salud pública y el objetivo de informar debe estar enfocado en la visibilización de la problemática y potenciar la prevención de estas conductas, para lo cual se hace necesario atender a normas de buenas prácticas comunicacionales y de abordaje:

-procurando un abordaje riguroso, consultando fuentes especializadas para brindar información relevante;

-evitando repetir mitos y prejuicios sociales que estigmatizan a la víctima y a su entorno;

-respetando la notificación no mediática y la privacidad del dolor;

-respetando la vida privada del fallecido y el duelo gente que compone su entorno;

-considerando el impacto psicológico que puede causar en familiares y allegados del suicida enterarse de los hechos a través de los medios d comunicación;

-construyendo enfoques no espectacularizantes, (no brindar detalles del hecho, sobre la agonía o el sufrimiento, evitar las referencias que justifiquen el acto)

-no abordando el suicidio como una solución o salida a problemas personales;

-no estigmatizando a la víctima;

-garantizando la confidencialidad;

-comunicando los impactos negativos que tal intento desencadeno en la salud de modo de disuadir los posibles actos imitativos de los demás.

Por lo cual desde la Defensoría de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente, instamos a las instituciones que conforman también este sistema de protección, a los medios de comunicación, redes sociales y a la comunidad en general a realizar un abordaje respetuoso de estas situaciones, basado en los derechos de los niño, niñas y adolescentes, lo que supone garantizar:*el derecho al interés superior, *el derecho a la dignidad y a la integridad personal, *el derecho a la vida privada e intimidad familiar,*el derecho a la dignidad, *el derecho a opinar y ser oído.Esta recomendación alude a niñas, niños y adolescentes en tanto protagonistas de casos de suicidio, como así también en calidad de audiencias de los servicios de comunicación audiovisual.

 

 

 

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